Algo muy grande está a punto de empezar...

...Y no me refiero a semana santa, como podréis haber deducido por mis inclinaciones hacia el divino. Veréis, mis mortales lectores, esta historia tiene, como todas un fundamento...
¿Alguna vez te has parado a preguntarte qué es matar? Seguramente el diccionario nos remitiría a asesinato, a la acción de quitar la vida, de una manera más o menos violenta a otra. Pero A veces cabe preguntarse en qué momento deja de ser eso para convertirse en otra cosa. ¿Sabéis? Hay cosas muy dulces en esta vida. Es muy dulce sentir cómo tu vida va bien, cómo tus amigos te aprecian o tus familiares, o tu chica o chico. Pero hay una sensación que sin duda supera con creces estos últimos. ¿Alguna vez te has preguntado cómo te sentirías en el momento en que alguien que toda tu vida te ha amargado sin razón tiene ahora desesperación, no por insultarte sino por conservar la poca vida que le queda? Oh, es maravilloso amigo... Oler su miedo, oir sus llantos... Sentir su cálido aliento, boqueando con desesperación... Ver cómo las lágrimas recorren sus mejillas, llorando como el cobarde que siempre fue, ocultándose tras un grupo de amigos de su misma calaña, tirando la piedra y escondiendo la mano... Pero nunca más lo hará porque para eso te estas encargando de cortarle la mano. Grita, patalea, suplica, ruega, vomita, se nota a punto de perder el sentido ¡Detente! Permite que se recobre unos instantes...Sin conocimiento sería trampa. Es suficiente y lo sabes. Prosigues... La sierra ya ha penetrado en las tres cuartas partes de la muñeca. Aceleras el ritmo mientras tu ropa recibe sangre y espumarajos que el cerdo esputa por su sucia boca, antaño repleta de simpáticos motes con los que nombrarte. Ruega de nuevo pero ya estás preparado. Al tiempo que su mano cae cercenada y aun sufriendo espasmos, introduces el puño en su cavidad bucal para silenciando. Mientras llora sufre más arcadas, pero ya no le queda nada que expulsar salvo la bilis con la que baña tus dedos. Impermisible en tu opinión. Lo castigas abriendo brutalmente la mano, desencajándole la mandíbula y haciendo que sus gritos se conviertan en gorgoteos líquidos. Retiras la mano llena de fluídos y te limpias contra su propia camiseta (A rayas, cómo no). Lo observas: Su actitud ya no es activa, solo vizquea y produce sonidos inconexos. Sabías que ocurriría eso y por eso te has encargado de reservarle un gran regalo para antes de expirar. Acercas el cubo de fregar al que le has quitado cuidadosamente el aro de escurrir. Los horrorizados ojos del cerdo en sacrificio se abren al vislumbrar a través de la cortina que cubre sus ojos el contenido de tu sorpresa. Sal, limones y vinagre, todo bien mezclado para que la composición sea uniforme. Intenta resistirse pero ya no tiene fuerzas, las pocas que le quedan las gasta en intentar suplicar por última vez cuando su muñón se ve sumergido. Se mueve, consigue derramar parte del líquido, pero en unos breves instantes deja de emitir sonido. Con una sonrisa, sueltas el brazo que se desliza inerte hacia el exterior. Tras levantarte, observas la primera parte de tu trabajo. Pero no es suficiente... "A por el siguiente cerdo cobarde", piensas dando la espalda al cadáver mientras otros de tu condición lo recogen. "Ya puedes cortar" Le dices a la cámara que te ha estado filmando y que enseguida emite un pitido de fin de grabación.
Ya falta menos para poder publicar esta mierda "Sonríes". Sólo un par de cerdos más...